martes, 18 de diciembre de 2012

En el Día del Migrante una triste historia

En un día tan señalado estamos tristes.

Este día tiene nombre propio. Mientras escribimos estas líneas Cheihk está siendo llevado al aeropuerto para coger un avión con destino a Dakar. Su único delito ha sido no tener papeles. Mientras otros se pasean por ahí, también sin una situación irregular, y con unos antecedentes bestiales por violencia de género y/o conducción bajos los efectos del alcohol. Otros, como Cheihk, sólo con una orden de expulsión, han pasado el fin de semana en el centro de internamiento de Aluche en Madrid y en una fecha tan señalada vuelven a casa, con una orden de no pisar territorio español en 5 años. Cinco largos años. Y en todo este fin de semana en el CIE no nos cogieron el teléfono. Será que la Policía Nacional no tiene presupuesto para gestionar una centralita en él dada la crisis tan grave que sufre nuestro país y los grandes recortes que se ve obligado a hacer nuestro presidente Rajoy.

Aquí os dejamos pequeños trozos de una novela que va directamente al corazón y que no dejará (eso espero) indiferente a nadie. Un libro que todo el mundo debería leer para saber las historias que hay detrás de cada migrante.

Título: Con el Corazón en la mano (The Other hand).
Autor: Chris Cleave, 2008
Edición: Embolsillo, 2012
ISBN: 978-84-15140-32-0
Depósito legal: M-14.598-2012

Página 7: "Gran Betaña se siente orgullosa de su tradición de servir como refugio seguro para todas aquellas personas que hullec (sic) de percusiones y conflictos". Vivir en el Reino Unido: viaje a la nacionalidad (Ministerio del Interior del Reino Unido, 2005).

Página 12: "Allí mismo me di cuenta de que una cosa era aprender el inglés de la reina con libros y periódicos en mi celda del centro de internamiento, y otra muy distinta hablarlo con los ingleses. No puedes permitirte ir cometiendo errores así, chica pensé. Si habla como una salvaje que ha aprendido inglés en la bodega de un barco, la gente te descubrirá y te mandarán de vuelta a casa".

Página 149: "Dile que se marche, me había aconsejado Lawrence. Pero no, no podía. Lo que sucedió en la playa nos había unido. Echarla sería como deshacerme de una parte de mí, y ya había perdido un dedo y un apellido. No podía permitir que volviera a suceder".

Página 286: "La policía militar me estaba esperando en un cuartucho, con sus unifjormes y sus gafas de sol de monturas doradas. No pudieron arrestarme porque Sarah me acompañaba. Soy una periodista británica, les dijo, informeré sobre cualquier cosa que le pase a esta mujer".

Página 301-302: "-¿Cómo te llamas?- preguntó-
                            - Me llamo Udo.
                            -¿Uuuu-do?
                            -Eso es. Udo significa "paz". ¿Sabes qué es la paz Charlie?
                            Charlie meneó la cabeza.
                            -La paz es cuando la gente puede decirle a los demás su verdadero nombre.
Me puse a llorar de alegría cuando los pequeños se pusieron a jugar entre la espuma de las olas que rompían en medio de dos mundos contra las rocas".


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