jueves, 1 de agosto de 2013

La crisis reduce un 35% la acogida de niños saharauis en tres años

VÍDEO: ÁLVARO DE LA RÚA / MARILÉN ECHAPARE
 
Cada vez son menos las familias que pueden afrontar el gasto de traer durante el verano a un menor refugiado
 
Balla Said tiene 12 años y una dentadura casi perfecta. “Se nota que se ha cuidado los dientes”, comenta Coral Álvarez, madrileña de 38 años que acoge a Said junto a su marido, Gregorio González. El menor lleva cuatro años viniendo a España en los meses de verano dentro del programa Vacaciones en Paz. Es uno de los 4.589 niños que llegaron a finales de junio desde los campamentos de refugiados del Sáhara, situados en la provincia argelina de Tinduf. La crisis española también se nota en el desierto africano. Desde 2010 han llegado 2.476 niños menos, lo cual supone una reducción del 35%, según la Delegación Saharaui para España. “Antes de la crisis venían casi 10.000 niños. Ahora hay muchas familias que no pueden permitírselo y las ayudas se han reducido”, explica Abdulah Arabi, delegado en Madrid del Frente Polisario, representante político del pueblo saharaui.
Álvarez y su marido tienen dos hijos, un niño de 9 años y un bebé recién nacido. Con Said, este verano ya son familia numerosa. “Llegan con lo puesto y los gastos son muchos. Una boca más que alimentar, casi 200 euros en ropa y calzado, medicamentos… Es normal que muchas familias, con la crisis, ya no puedan acoger un niño”, explica Álvarez.
 
El proyecto Vacaciones en Paz es un programa de “solidaridad” con el pueblo saharaui que permite la acogida temporal por familias españolas de niños procedentes de los campamentos de refugiados. El objetivo es alejarlos de las condiciones de “exilio que viven, aislarles de las altas temperaturas y que se diviertan en los dos meses que están aquí”, comenta Arabi. Cuando los menores llegan se les hace una revisión médica. “Hemos atajado muchos problemas de salud que allí en los campamentos no hubieran sido detectados”, prosigue. A través del programa también buscan fomentar la enseñanza del español y consolidar las relaciones con el pueblo saharaui. “Cuando una familia acoge un niño permanece en contacto con él, hay muchos que se animan y van a conocer los campamentos”, señala el delegado. 
 
Las diferentes asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui que hay en cada comunidad gestionan el proyecto de forma independiente. Funcionan de manera organizada a través de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS), pero luego los Ayuntamientos de cada comunidad deciden la financiación destinada al programa. “Según la naturaleza política de cada una, el compromiso de las instituciones y la presencia de la cuestión del Sáhara, hay asociaciones que tienen más subvenciones que otras”, explica Arabi. Lo que más cuesta son los billetes de avión de los niños, “entre 650 y 750 euros”. Una de las pioneras y donde más niños reciben es Andalucía. Este verano serán 1.200 saharauis, “pero llegaron a venir hasta 3.000”. Los gastos que supone tener a un menor más en casa tienen que cubrirlos cada familia. No disponen de ninguna ayuda.
Said llegaba cada verano y tenían que empastarle varios dientes, pero este año esperan no llevarle al dentista. “Tuvimos que mentalizarle de que cada empaste supone un coste de unos 50 euros, le dijimos que si no se cuidaba la boca, luego no habría dinero para comprar regalos para su familia. Y se lo tomó muy en serio, este año ha traído los dientes perfectos”, afirma Álvarez.
 
 
Vacaciones en Paz 2013
Datos de acogida de niños saharauis por comunidades autónomas, según la Delegación Saharaui para España: 
  • Andalucía: 1.200
  • Castilla_La Mancha: 385
  • Galicia: 326
  • Comunidad de Madrid: 317
  • Cataluña: 306
  • Comunidad Valenciana: 306
  • País Vasco: 303
  • Castilla y León: 280
  • Asturias: 244
  • Extremadura: 180
  • Murcia:153
  • Aragón: 153
  • Canarias:138
  • Navarra: 113
  • Islas Baleares: 96
  • Cantabria: 60
  • La Rioja: 40
 
 
Fuente: elpais.com

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